Beatrice Pontacq vive y trabaja en Burdeos. Se introduce en el mundo del arte tras pasar varios años en el estudio de París del pintor Georges Csato, Beatrice Pontacq y en el taller Clouet.
Después trabajar en pinturas de gran formato, Beatrice experimenta con una serie de pequeños formatos en papel en los que conjuga técnicas de grabado, monotipo, punta seca y aguafuerte. Sobre ellos narra paisajes mentales inspirados en la naturaleza, usando el oro en ocasiones llevada su fascinación hacia la iconografía tradicional. Transparencias, arañazos, gráficos y escritos indescifrables aparecen en sus obras dando la apariencia modernos palimpsestos.